La mayoría de la gente nunca verá a los linces. Eso es porque actúan como si fueran agentes secretos. Viven en silencio y en secreto en las selvas profundas. Su pelaje funciona como un fantástico traje de camuflaje en la maleza, lo que les ayuda. La mayor parte de lo que encontramos son sus huellas.
El lince euroasiático, junto con el lobo y el oso, fue uno de los depredadores autóctonos que se extinguieron en algunos países europeos hace más de un siglo, principalmente porque ocasionalmente mataban ovejas y cabras.
Ahora están protegidos y no se pueden cazar, lo cual es positivo.
Mientras tanto, casi 130 linces han regresado a Alemania. Proceden de Europa del Este o han sido reubicados allí. Como ocurre actualmente en el bosque del Palatinado, donde el WWF colabora en la reintroducción de linces.
Los linces son liberados en la naturaleza por primera vez
Los linces son una especie carnívora, salen a cazar en la noche. Los linces oyen y ven mejor en la oscuridad que prácticamente cualquier otro animal. Suelen ir tras los ciervos. Las liebres, los ciervos jóvenes y los jabalíes, así como los zorros y las aves, forman parte de su menú.
Cuando un lince encuentra una presa, se escabulle entre los arbustos hasta situarse a pocos metros de su escondite o espera en silencio hasta que el animal pasa.
Entonces se abalanza sobre su objetivo y lo mata de un mordisco en un segundo.
Cómo identificar a un lince: mechones de pelo negro en las puntas de las orejas de cepillo Lo más probable es que actúen como antenas para ayudar a encontrar los sonidos. Los linces pueden detectar un ratón a 50 metros de distancia y un ciervo a 500 metros.
Cuando caminan, los linces retraen sus garras, como demuestran las huellas de sus patas. Por ello, no hay marcas de garras en las huellas de los linces (de hasta 10 cm de tamaño).
¿Qué más distingue al lince?
Los ojos del lince son seis veces más sensibles a la luz que los ojos humanos. Esto les permite distinguir a sus presas a una distancia de hasta 300 metros. Sobre todo al amanecer y al atardecer, cuando los humanos sólo percibimos el gris en el gris.
Cuidado con los dientes del depredador. Las presas son atrapadas y sujetadas por los cuatro caninos puntiagudos. El lince aplasta a su presa con los afilados y puntiagudos molares de sus dientes.
El hocico está cubierto de gruesos bigotes. El lince los utiliza para detectar hasta los más mínimos cambios en su entorno. También detecta los cambios en la dirección del viento.
Un ciervo es demasiado grande para que un lince lo consuma en una sola noche. Le dura más de una semana. Ese es el tiempo que sigue regresando para masticar su presa. Lo cubre con hojas y musgo para que ningún otro animal lo note. Un dato importante es que un lince adulto necesita un kilo de carne al día.