La Semana Santa de Andalucía, España, está considerada como una de las más populares e impresionantes del mundo.
Nadie entiende el espíritu y las emociones de la Semana Santa como los andaluces.
Características de la Semana Santa en Andalucía
La semana que precede al Domingo de Resurrección se conoce como Semana Santa en español. Los fieles llevan a hombros los tronos de sus cofradías por las calles de los pueblos andaluces desde el último domingo de Cuaresma (Domingo de Ramos) hasta el Domingo de Resurrección. La devota procesión que los sigue es impresionante, y produce un ambiente emotivo y religioso.
Las Semanas Santas de Málaga y Sevilla son sin duda las más memorables, porque a diferencia del resto de España, la última semana antes de la Semana Santa en estas dos ciudades está marcada por rezo del Santo Rosario, el canto, el color y la pasión.
La saeta, los cantes flamencos que se cantan espontáneamente a las representaciones de Jesucristo y la Virgen María a su paso, son una de las características que distinguen a la Semana Santa de Andalucía.
Cada hermandad tiene sus propios colores, y suelen tener dos tronos cada una. El primero representa a Jesucristo en varios momentos de su Pasión, mientras que el segundo representa a la Virgen Dolorosa. Ambos son escoltados por las calles por un grupo de nazarenos.
Los nazarenos son miembros de la cofradía que visten con túnicas del color elegido por la hermandad. Su atuendo incluye un capuchón puntiagudo conocido como capirote que oculta sus rostros como si llevaran una máscara. Los nazarenos llevan velas, cruces de madera y otros emblemas, dependiendo de su posición en la procesión.
Insignias de los nazarenos en Sevilla
Las procesiones de las más de 60 hermandades de Sevilla y las más de 40 de Málaga presentan los mismos tramos: el dedicado a Cristo y el dedicado a María. A continuación se detallan los distintos componentes:
Anuncio de la procesión: la procesión puede ser iniciada por un muidor con una campana o una matraca, o por una capilla procesional.
Cruz Gua: una cruz de madera adornada con los colores de las cofradías y llevada por los monaguillos.
Niños en grupos: tocan campanillas o sostienen palmas, como en el Domingo de Ramos.
Las partes de ambos tronos son iguales:
Insignias que representan la figura del siguiente tramo de la procesión (Jesús o María), así como una bandera con los colores de la hermandad y un nazareno con el libro de estatutos
Nazarenos: Dos largas filas de nazarenos, cada uno con un cirio, iluminaban el camino.
Los representantes de la Hermandad
Acólitos: los cirios procesionales y los incensarios son llevados por los acólitos.
Capataz y Administrador del Trono: Tras recibir las indicaciones del administrador, el capataz golpea la campana situada en el centro del trono para indicar a los portadores del trono cómo moverse. Los hombres deben subir o bajar el trono con dos golpes cortos y uno largo, mientras que el cuarto golpe indica que deben seguir avanzando.
Los cofrades portan el trono de la cofradía, que se adorna con representaciones de Jesús y, posteriormente, de la Virgen María. Los tronos más grandes pueden llegar a pesar hasta 5 toneladas (el más pesado es el de la Virgen Esperanza de Málaga, que pesa 5.100 kg) y pueden ser portados por hasta 260 personas, en su mayoría hombres y algunas mujeres.
Los tronos son de madera recubierta de oro y tienen una representación de tamaño natural de Jesús y María. Los tronos son transportados por los miembros de la cofradía sobre 6 u 8 largas varas sujetas a la base.
La figura de María suele llevar una corona, un manto muy adornado y está rodeada de flores y velas como símbolo de monarquía.
Corneta y tamborilero forman la banda de la procesión, que interpreta música en conmemoración de la Semana Santa. Cada trono suele ir acompañado de una banda.
El desfile llega a su fin: Hacia el final salen los presidentes de las cofradías y los funcionarios del gobierno, seguidos por los ciudadanos devotos que hacen penitencia o compromisos con Jesucristo o la Virgen María.