Toda la vida tiene un origen celular, microscópico, diminuto. Ya sea a través de la fecundación, o del nacimiento de una planta, toda la vida se da a través de un proceso celular complejo que lleva al desarrollo de más y más células hasta ir formando un cuerpo a través de estas. Esto, no obstante, no es un proceso que se ha dado fácilmente a lo largo de la evolución de los organismos terrestres, sino que se ha desarrollado o evolucionado con el pasar del tiempo para hacerlo. De esta manera, todos los seres vivos no vegetales cuentan con una llamada célula eucariota, que nos da base para la vida, la cual se llama la célula animal.
¿Qué es exactamente?
La célula animal, es una célula eucariota, es decir, una célula especializada que se encarga de componer y construir la estructura de un cuerpo desde las células. Esto se debe a que pueden estructuras como tejidos, lo cual nos da a nosotros, los humanos; cosas como órganos.
¿Por qué son tan importantes?
Sin las células eucariotas, y más específicamente de la célula animal en el mundo de los animales y los humanos; no se pudiera existir. Y si no se hubiera hecho el salto evolutivo de una célula procariota a la eucariota, seríamos solo bacterias. Por lo tanto, estas células son nuestra propia identidad, al punto de que se cargan hasta nuestro ADN dentro de ellas en núcleos, a diferencia de su antepasado más primitivo y si núcleo definido.