Cultura tolteca: Tláloc
En la cultura tolteca, Tláloc destacaba por tener una lengua de serpiente, unas anteojeras, y además se asociaba al símbolo de la fertilidad. En la tradición teotihuacana, aquellos que le daban culto, lo consideraban como el dios del relámpago, la fertilidad y la lluvia.
El dios tolteca conocido como Tláloc vivía en compañía de la diosa de las agua “Chalchiuhtlicue”, quien era su esposa. Este supremo era reconocido en Centroamérica por su poder en la lluvia y la tierra, de acuerdo a la cultura azteca y tolteca. También, por ser un dios bastante antiguo, se le asociaba con la punta de las montañas.
Según leyendas, los llamados Tlaloques, que dicen eran ancianos, se conocían como hijo de Tláloc o menores de la lluvia. Los conocidos como Tlaloques se encargaban de mantener la lluvia, la sequía, el agua contaminada y el granizo. De acuerdo a la historia, para enviar agua hacia la tierra, se ponían a romper vasijas. Para la buena lluvia, se les ofrecía oraciones y sacrificios a los mencionados Tlaloques.
Entre las ofrendas que se le hacía a Tláloc cada año, se utilizaban aquellas a manera de comida, con el objetivo de que mientras estuviese la estación de lluvia, se pidieron precipitaciones buenas o para que no ocurrieran heladas o inundaciones no esperadas, para que los cultivos del lugar no fuesen afectados.
En la iconografía tolteca, este dios era un hombre con la cara pintada de negro y con semillas de amaranto encima. Vestía una chaqueta sin mangas y con nubes negras, además de una tela como llama. Asimismo, cargaba un collar de pedrería color verde, y una corona con pluma de garza. También calzaba unas sandalias hechas con espuma y unos sonajeros.